Jardín Clásico:
A pesar de lo recóndito del lugar y de las reducidas proporciones que el mismo posee, nos encontramos ante un espacio proporcionado y unitario al cual se accede por unas monumentales puertas, cuyo diseño almohadillado, imita los postulados estéticos del clasicismo histórico y otorgan una visión unitaria al conjunto, al poseer un eje compuesto por un punto de arranque y otro de cierre.
Cuando entramos en esta zona, lo primero que nos llama la atención es la ausencia de arbolado en su composición y la presencia de parterres compuestos por setos bajos formando bordaduras que limitan compartimentos interiores rellenos de lechos florales y varios obeliscos decorativos que soportan árboles australianos de madreselva. Estos plantíos se encargan de estructurar geométrica y simétricamente la sucesión de paseos y placitas compuestas por estanques de agua y bancos de descanso y de seguir los principios compositivos de la jardinería del siglo XVI, al lograr mediante una selección de especies que admitan recortes y con denso follaje perenne, la permanencia de su diseño compositivo a lo largo de todo el año.
Árbustos de la zona: