Los Judios de San Mateo
Venerable y Real Hermandad Sacramental y Archicofradía del Silencio de Nuestro Padre y Señor de las Penas, María Santísima del Desconsuelo, San Juan Evangelista y San Blas.
Sede canónica
Iglesia de San Mateo.
Calle Almendrillo, 7, 11,
11408 Jerez de la Frontera, Cádiz
Teléfono: 956 34 66 46
Titulares
Nuestro Padre y Señor de las Penas
La talla de Nuestro Padre y Señor de las Penas es de talla completa y no está firmada, pero es atribuible al imaginero sevillano de la Escuela de los Roldan, Ignacio López, que estuvo afincado en la vecina localidad del Puerto de Santa Maria donde tuvo un taller. No obstante, sobre la imagen del Señor de las Penas siempre ha existido controversia, porque un sector de la crítica lo consideraba obra del siglo XVII y otro sector, la fecha en el siglo XVIII, fundándose en que, por su realización, tiene el movimiento y la emoción de dicho siglo, siendo este atribuido durante muchos años a las manos del jerezano Francisco Camacho Mendoza.
La imagen fue bendecida con el título “de las Penas” el día 23 de abril de 1714 (Viernes de Dolores), según consta en sus primitivas Reglas; la mencionada bendición fue realizada por el entonces Canónigo de la Real e Insigne Iglesia Colegial, Martín Real de Morales, por comisión del provisor. Este dato del acto religioso no aporta nada para localizar la época de la realización de la talla, puesto que por sus características parece de tiempos anteriores y, como último punto, en el acta de bendición se menciona que “está” en la Iglesia de San Mateo, con el sentido de anterioridad. Aunque es curioso que la bendición fuera posterior a la de la Virgen y San Juan.
La talla del Señor de las Penas es desgarradora por la indigente cantidad de heridas, erosiones, arañazos y contusiones que el artista hizo figurar en el cuerpo. La corona de espinas, de ramitas hirientes y cortantes, la lleva prendida en la cabeza, desgarrando las sienes y produciendo en la frente hilos de sangre que descienden, con insuperable realismo, hasta la cara, el cuello y el tórax. Los azotes que el Señor recibió cuando fue atado a la Columna del Pretorio se reflejan admirablemente en la espalda de esta imagen, que aparece surcada por profundos latigazos. Las venas del cuello aparecen hinchadas, reflejando la enorme tensión del instante pasionista. Los ojos están elevados al cielo, en actitud de plegaria, confirmando esto, además, por las manos, que, entrelazadas, parecen musitar una oración. La nariz es recta, de amplias ventanillas y la boca ofrece unos labios que dan sensación de sequedad.
El cabello es suavemente ondulado. La mirada, elevados a lo alto, en oración al Padre, ofrece un gesto de infinita resignación ante el tormento, de dolor y de sacrificio. Las rodillas están muy quebrantadas, brotando sangre en abundancia, con una policromía suave, que trasparenta la sangre cuajada y los golpes recibidos. Indudablemente, el imaginero sevillano Ignacio López a quien se le atribuye dicha talla era un conocedor de la anatomía, y en esta talla nos dejó sus conocimientos de esta ciencia tan importante para el buen imaginero.
Bien pudiera decirse que es un barroco que ha llegado a las últimas metas y logros, característica de la escuela Sevillana de los Roldán a los definitivos descubrimientos en cuanto a exaltación y búsqueda de aquellos sentimientos que, con mayor facilidad y sencillez, provocan en el espectador la piedad y el arrepentimiento. Para lograr esto, nuestro imaginero recogió el estado anímico de Cristo instantes antes de ser clavado en la Cruz.
Es un momento pasionista de gran fuerza dramática, con Cristo quebrantado, física y moralmente, que se ofrece en la expiación al Padre, aislándose en su dolor, haciendo efectiva la Redención. Por eso, con el barroco ha dicho ya todo lo que tenía que decir en materia escultórica por lo que el autor hace a manifestación del sentimiento, y, en concreto, de un sentimiento trágico, cuando ya se vislumbra la muerte, de ahí que nuestro imaginero haya expresado un sentir sufriente, patético, centrándose en el rostro de Cristo, que es una maravillosa muestra de lo bien que conocía la psicología del dolor. La imagen del Señor fue restaurada parcialmente en 1984 por José Guerra Carretero, fijando algunas piezas del montículo donde está sentado, sellando algunas fisuras de la imagen y haciendo una peana que arriostra las piezas semisueltas de la primitiva. En el 2008 acomete la más importante restauración sobre la misma las manos del jerezano Agustín Pina, reparando grandes grietas que peligraba la fisionomía de la talla al igual que limpieza y recuperación de su segunda policromía. Actualmente se pueden apreciar detalles nunca vistos como moratones y heridas antes olvidadas y repintadas por el paso del tiempo. Las potencias del Señor son de plata sobredorada, cinceladas a dos caras y donadas por la juventud cofrade en el año 1994; las realizó Orfebrería Ramos de Sevilla.
Fuente: https://www.hermandaddeldesconsuelo.es/titulares/nuestro-padre-y-senor-de-las-penas/
María Santísima del Desconsuelo
Se trata de una talla que atribuida al imaginero sevillano Ignacio López. La crítica argumentaba que tanto la Virgen del Desconsuelo como San Juan Evangelista eran tallas del siglo XVIII, relacionándolas con imagineros tan relevantes como Montañés o La Roldana, habiéndose apuntado también la hipótesis de que se debiera a las gubias de Jacinto Pimentel, pero hoy día la paternidad de estas imágenes aparecen fundada en su atribución segura al sevillano Ignacio López representando en esta Dolorosa, el dolor letífico de la Madre de Dios, que rompe con sus fuerzas.
La imagen de la Virgen, de candelero, es muy expresiva. Tiene una expresión dialogante, conseguido esto gracias a las manos, que transmiten sensación de vida y movimiento al espectador. Fue restaurada en 1980 por José Guerra Carretero, que según informó tenía múltiples repintes, rastros de lágrimas pegadas varias veces y el rostro casi desprendido de la cabeza.
Las dos mencionadas imágenes fueron bendecidas el día 3 de abril de 1713 (Viernes de Dolores), por el antes mencionado Canónigo de la Iglesia Colegial, Martín Real de Morales, por comisión del provisor.
Fuente: https://www.hermandaddeldesconsuelo.es/titulares/maria-santisima-del-desconsuelo/
Reseña Histórica
La primitiva Hermandad se fundó en 1712 por varios jerezanos, entre los que se encontraban Juan Rodríguez y Alonso Mateos que expusieron al cura párroco de San Mateo la creación de la Asociación, siempre bajo la protección del fraile mercedario Luis Guerrero, por cuya influencia se constituyó. Concretamente, y según los Estatutos de sus primitivas Reglas, la Asociación fue creada el día 26 de mayo del año 1712, (siendo el Papa Clemente XII, el Rey de España, Felipe V, y el Arzobispo de Sevilla, don Manuel de Arias y Porres) ante un Cabildo celebrado en la Iglesia de San Mateo, se constituyó su primera Junta de Gobierno. Al poco tiempo de la celebración de aquel Cabildo se presentan (según consta en las mencionadas Reglas), los Estatutos por los que se regiría, al Inquisidor y Canónigo de la Santa y Patriarcal Iglesia de Sevilla, provisor y Vicario General del Arzobispado, Juan de Monroy, Reglamento que es aprobado al poco tiempo de su presentación, el 17 de marzo de 1713. Por entonces sus hermanos acompañaban la procesión del Corpus con una imagen de San Blas como su patrono. Unos años más tarde hacían ya la salida procesional en la madrugada del Viernes Santo a las cinco de la mañana, para no coincidir con la procesión de Jesús Nazareno, que salía entonces de San Francisco.
Uno de los fines de la Cofradía era la salida procesional de sus imágenes por las calles jerezanas, hacia la Iglesia Colegial, así como el fomento de las advocaciones de sus imágenes. Sus hermanos fueron clasificados en categorías, de Luz y de Sangre, prohibiéndose a éstos últimos el llevar el pecho descubierto, como en otras Asociaciones del mismo tiempo.
Para la asistencia a la procesión se exigía el cumplimiento de numerosas normas, a semejanza del resto de las Hermandades de este tipo existentes en la Ciudad. En ellas se exigía ir confesados y comulgados a sus Hermanos; así como la asistencia a numerosos actos religiosos.
En los comienzos de la Cofradía y cuando empezaba a ser fuerte, por sus situación en uno de los principales barrios de la ciudad, la imagen de la Virgen fue depositada en la Capilla que fue de los Camacho Espínolas, hasta que la Hermandad construyó Capilla propia con las donaciones de sus numerosos devotos. Concretamente, en el año 1723, se inician las obras y el día 21 de septiembre del año 1727, la imagen ocupa su nueva Capilla, en retablo churrigueresco, al lado derecho del retablo principal, con la asistencia de los Cabildos y la posterior realización de grandes fiestas en honor de la Virgen, por las siete parroquias de la ciudad. Posteriormente, siendo cura de San Mateo Don Juan B. Villalón en 1840 se trasladó a la capilla de la Virgen el sagrario de la parroquia.
Al poco tiempo de la construcción de la Capilla, consigue un gran desarrollo y es favorecida con grandes indulgencias el día 20 de noviembre de 1737, por parte del Papa Clemente XIII. Concede el Papa indulgencia plenaria a los cofrades el día de su inscripción si ese día han confesado y comulgado. Otra indulgencia plenaria en el trance de muerte pronunciando el nombre de Jesús al menos con el corazón. Y sendas indulgencias plenarias los días: tercer domingo de octubre, fiesta de San Simón y San Judas (28 de octubre) y San Juan Evangelista (27 de diciembre) de vísperas a vísperas. Estos requisitos están detallados en una lápida situada en la Capilla de la Virgen y que conmemora tal concesión.
La imagen del Señor de las Penas, titular de la Cofradía, se colocó inicialmente también en la capilla inaugurada en 1727, como consta en el inventario parroquial de 1769, hasta el día 31 de enero de 1797, en que se le concedió una Capilla situada entre la de la Virgen y la puerta del Templo, denominada de San Pedro. Esta capilla fue construida mediante licencia del Administrador General de la Archidiócesis de Sevilla, y con el previo informe del maestro Mayor del Arzobispado Pedro de Morales de Palacio, el día 14 de agosto del año 1573, a Doña Catalina de Masa, Don Pedro Morales de Mesa y Don Baltasar y Don Rodrigo Morales Maldonado. Intervino en la realización de los trabajos el aparejador de la ciudad Martín Delgado, que en años anteriores lo fuera de la Iglesia de San Miguel.
Dentro del origen de la Hermandad existe la teoría de que fuera creada por el gremio de los manteros o laneros, por el hecho de tener como patrono, desde pasados tiempos, a San Blas.
Hubo una época, correspondiente a los últimos diez años del siglo XVIII, que procesionó algunos Viernes Santo por la tarde.
La Asociación vivió una gran época de esplendor, que decae en los finales del siglo XVIII. Con el inicio del siglo XIX y por la intervención del Mayordomo y Capellán de la Virgen, Luis Campuzano, se consigue reavivar el fervor popular del barrio.
El 14 de abril de 1800 imprimió en Cádiz un septenario en honor de la Virgen del Desconsuelo, que aún se realiza. La procesión sigue saliendo a lo largo de los años que van desde comienzos de siglo a la entrada de los franceses en 1810.
Pasada la invasión francesa, la procesión del Desconsuelo volvió a la Semana Santa, como las demás procesiones, y se tiene constancia de su salida en los años 20 del siglo XIX.
De la primera mitad del siglo XIX cabe destacar la salida procesional extraordinaria que realiza la Virgen el domingo 16 de noviembre del año 1806, procesión de acción de gracias ante un favor concedido a uno de sus devotos y el clamor popular de los vecinos del barrio y de las calles cercanas.
Posteriormente la Hermandad consigue un ritmo adecuado en su funcionamiento, realizando salidas más o menos asiduas entre 1852 y 1867. Con el paso de los años y los comienzos de las épocas revolucionarias, decae como otras muchas de la Ciudad.
Concretamente en el año 1867 se disolvió, según numerosas notas del que fuera hermano de la Cofradía, José Cepero y Barrero.
Con el paso de los años, en el año 1893, y por iniciativa del comercio jerezano, se proyectó una reorganización mediante el nombramiento de una comisión gestora, compuesta por Don Vicente García Alonso, cura párroco de San Mateo; Don Pedro Domecq Núñez de Villavicencio, Don Baldomero Rubio Morales, Don Cipriano del Castillo, Don Guillermo Rensey y Don José María Rendón, que redacta y presenta en Cabildo sus nuevos Estatutos el día 22 de diciembre de 1895 y ante la aprobación de todos los Hermanos fue presentada a la Autoridad Eclesiástica para su verificación, que se consigue el 17 de marzo de 1896, dándoseles dos años de vigencia. Naturalmente no efectuaría su primera salida procesional hasta 1897.
El día 6 de febrero de 1898, días antes de la fecha de cumplimiento de los Estatutos, la reunión de hermanos decidió dejar pasar la fecha de cumplimiento de los mismos sin pedir su continuidad, con lo que la Hermandad quedaba de nuevo extinguida, y que en su lugar se hiciera una hermandad nueva, con idénticos titulares pero con nuevos estatutos que recogieran el ideal del “silencio” que era el que había prendido en el grupo. El 10 de febrero de 1898 se enviaban a Sevilla los nuevos estatutos para su aprobación por el Cardenal Marcelo Spínola, que los aprobó el 12 de febrero de ese año. Así, en el año 1898 queda nuevamente constituida la Hermandad, dándosele el título del “Silencio de Jesús de las Penas”. En adelante los pasos ya no serían llevados por hermanos sino por costaleros profesionales. Y se señalaba la madrugada como día de su salida procesional.
En los posteriores años la Hermandad consigue un aceptable ritmo de funcionamiento realizando salidas procesionales desde los años 1897 al 1903. Sin embargo no prosperó su deseo de los estatutos de 1898 de salir de madrugada, pues ya en 1900 sale el Jueves Santo, el 1901 el Viernes Santo por la tarde, volviendo al Jueves en 1902 y 1903, no saliendo en 1904 por causa de la lluvia, pero teniendo fijada su salida el Jueves Santo. En 1897, 98 y 99 salió también el Jueves Santo por la tarde. A partir de 1905 deja de salir y no lo volverá a hacer hasta 1923. Poco tiempo duró esta reorganización, ya que a los diez años, la Asociación se disuelve.
La primitiva túnica de estilo egipcio que llevaban los hermanos, fue sustituida en el año 1897 por otra de estilo churrigueresco y también de color negro, con cinto, capirote y vueltas en color rojo, zapatillas negras con hebillas de plata. Esta última vestimenta fue modificada en el año 1922, adoptándose la capa, quedando con túnica negra, antifaz, cinto y vueltas de color rojo y sobre el pecho el escudo de la Hermandad. Esta primitiva insignia que se portaba en la túnica constaba de un círculo rojo sobre el que se encontraba una túnica, fue modificada en 1922 por el Marqués de Bonanza. Este escudo fue modificado de nuevo tras su unión con la Hermandad Sacramental.
En el año 1922 se reorganiza la Hermandad. Desde 1923 hace estación de penitencia el Martes Santo, hasta 1931 en que se suspenden, y que se reanudan en 1938. Entre 1932 y 1938, su principal labor en la Semana Santa fue la Adoración al Monumento de la Colegial todos los Jueves Santos.
El paso de palio fue adquirido por la Hermandad a la Cofradía sevillana de San Juan de la Palma, el día 2 de enero de 1926, en la cantidad de 19.500 pesetas, y ese mismo año prestó la Hermandad sevillana el manto de la Virgen de la Amargura, para que así realizara su recorrido penitencial, que una vez ésta ya estuvo en la ciudad también fue comprado por la Cofradía jerezana. Hasta esa fecha, el paso de palio de la Virgen del Desconsuelo no era más que un pequeño palio cupulado de tonos claros, con peana para ser portado “por fuera” y sin candelería.
A finales de los años 30, la Hermandad adopta un camino certero y firme, produciéndose su plenitud. La hermandad recibe el apelativo popular de “Los Judíos de San Mateo” debido a los judíos de cartón piedra, obras del siglo XVIII, que llevaba, al principio, en el paso de Misterio preparando la Cruz sobre el suelo y que eran, al parecer mucho más feos en la expresión de sus rostros que los actuales que son obra del tallista Ramón Chaveli, realizados en los años 1939 y 1940. Estos judíos antiguos de cartón piedra se guardaban en el cancel de una puerta, ahora tapiada, cercana al coro del templo y como les había llovido bastantes veces, se habían resquebrajado y era necesario, cada Semana Santa repararlos con engrudo de harina y agua para darles después una mano de pintura que solía hacerse en el taller de pintura del cofrade Manuel Gómez. Como cada año había que retocarlos, estaban ya descascarillándose por muchos sitios, hasta que, un año fue tanto el golpe de agua que recibieron por la lluvia en su salida procesional, ya el Martes Santo, que hubo que encargar los actuales a Ramón Chaveli, quien intentó reflejar en su obra parte de la fealdad de estos esbirros.
El paso de Misterio, muy pequeño, de inspiración clásica, llevaba un suelo simulando a mármol que, cada año, también retocaba con gran maestría este cofrade, quien recuerda que, en el año 1927, aún salían los judíos de cartón en el paso, hasta el Martes Santo del “remojón” en que se reblandeció el cartón y no fue posible restaurarlo, teniendo incluso que secar las hermanas cofrades el manto y palio de la Virgen durante varios días.
Estas andas fueron adquiridas en propiedad por la Hermandad del Cristo del Perdón y la Virgen de la Piedad de Arcos de la Frontera por 2.000 pesetas, volviendo a ser recuperadas por la Hermandad el 5 de Agosto del 2008 por 2.000 euros, y el cual volvió a salir en procesión en Febrero de 2009, portando sobre el la Imagen del Santo Patrón y Mártir San Blas.
En el año 1940 se realizó un gran paso de estilo barroco, diseñado por Lutgardo Pinto Ruiz y cuya carpintería fue realizada por Juan Berraquero, la talla de José Morales Burgos y el dorado de José Ortega Valencia, completándose su labor con las tallas de canastos y respiraderos, por Vicente de Cos Pinto. La canastilla quedaba dividida en partes iguales por unas ménsulas en mucho relieve, y cada parte se remataba por un frontón curvilíneo partido En este mismo año de 1940 realizó la correspondiente estación penitencial, sin ir dorado. Costó la obra 5500 pesetas.
El 4 de marzo de 1955 se unen las hermandades del Desconsuelo y la Sacramental de San Mateo, siendo Cardenal de Sevilla Don Pedro Segura y Sáenz. La Hermandad Sacramental es antiquísima ya que se refleja su antigüedad en documentos de 1.320 y 1.546.
En 1968 se estrenó el actual paso de Misterio, obra de Manuel Guzmán Bejarano, cuyo coste fue de 700.000 pesetas.
En 1978 el paso de Misterio fue motivo del cartel oficial de la Semana Santa jerezana cuyo autor fue el fotógrafo Diego Romero Favieri.
Por las aportaciones incondicionales a la Hermandad, fueron nombrados Priostes Honorarios a perpetuidad: Fermín Bohórquez Gómez e Ignacio Soto Domecq. Así como Hermanos Honorarios a diversas personalidades, entre los que se encuentran: el Rey de España, que aceptó el cargo siendo Príncipe y el infante Felipe (ambos el 29 de junio de 1973); el Director General de la Guardia Civil, Carlos de Hiniesta Cano; y el Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil (1973). En otro orden, es también Hermano Mayor Honorario el jerezano Antonio Gallardo Molina. Desde el 7 de octubre de 1900, había ostentado el cargo de Hermano Mayor Honorario Don Antonio de Orleans y Borbón y Camarera Honoraria de la Virgen Su Alteza Real Doña Beatriz de Sajonia, desde el 10 de marzo de 1949.
El 29 de junio de 1984 se solicitó la fusión con la Asociación de San Blas concediéndose por la Autoridad Eclesiástica la fusión el 25 de octubre de 1984.
En 1998 se creó la Banda de Música María Santísima del Desconsuelo, cosechando grandes éxitos gracias a jóvenes músicos jerezanos, disolviéndose en Noviembre de 2007. Como novedad en 1998 presentó el paso de Misterio un exorno floral de margaritas rojas.
Durante los años 1995 a 2002 la Hermandad vivió el cierre de la Iglesia de San Mateo, los titulares recibieron culto en la Casa Hermandad donde actualmente se encuentra el museo de la misma. La celebración de los cultos se realizaba en la Iglesia de San Juan de los Caballeros, la salida Procesional se realizaba desde la Casa Hermandad organizándose el cortejo en la calle Nuestro Padre y Señor de las Penas y la calle Ceniza. En la Semana Santa del año 2002 la Hermandad volvió a realizar estación de penitencia desde la Iglesia de San Mateo.
En los años 2003 y 2005 la lluvia sorprendió a la hermandad en la calle, el paso de Nuestro Padre y Señor de las Penas buscó refugio en la Capilla de San Juan de Letrán, sede canónica de la Hermandad del Nazareno, mientras que el paso de palio de María Santísima del Desconsuelo buscó asilo en la Iglesia de la Victoria, sede de la Hermandad de la Soledad.
En el año 2005 se celebró en Jerez el XVIII Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías de Penitencia. Jerez se convirtió en el centro neurálgico de la Semana Santa de España, nuestra hermandad participó en uno de ellos con el traslado a la Santa Iglesia Catedral del paso de palio de María Santísima del Desconsuelo para participar en la procesión de Clausura del mismo. A la ida el paso de María Santísima del Desconsuelo fue en silencio por las siguientes calles: Plaza de San Mateo, C/ Nuestro Padre y Señor de las Penas, Ronda del Caracol, C/ Muro, Plaza Santa Isabel, C/ Merced ( allí la hermandad del Transporte colocó el paso de palio de Madre de Dios de la Misericordia, para recibir a María Santísima del Desconsuelo, seguidamente el paso se incorporó tras Nuestro Padre Jesús del Prendimiento en la comitiva a la catedral), Plaza de Santiago, C/ Ancha (En la esquina de la Iglesia de la Victoria esperaba el paso del Descendimiento que se incorporó tras el paso de palio de la Piedad) C/ Porvera, Puerta de Sevilla, C/ Torneria, Plaza Plateros, Plaza de la Asunción ( Donde aguardaba la imagen de El Cristo de la Expiración, que se incorporó tras el paso de María Santísima del Desconsuelo), C/ José Luis Díez, C/ Cruces, Reducto Alto, Plaza de la Encarnación y entrada en la Santa Iglesia Catedral. En los tres días que María Santísima del Desconsuelo se encontró en la Catedral lo hizo entre los pasos de palio de María Santísima de la Esperanza de la Hermandad de la Yedra y el paso del duelo de Nuestra Señora de la Piedad. La clausura de dicho Encuentro finalizó con un Pontifical en la mañana del 2 de octubre, tras el Pontifical tuvo lugar la procesión de regreso en el Siguiente orden: Nuestro Padre Jesús del Prendimiento, María Santísima de la Esperanza, Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima del Desconsuelo, Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor y el duelo de Nuestra Señora de la Piedad cerrando la comitiva. El recorrido que se realizó fue el siguiente: Salida, Plaza de la Encarnación, Reducto, C/ Cruces, C/ José Luis Diez, Plaza de la Asunción, C/ Consistorio, Plaza del Arenal, C/ Lancería, C/ Larga, Alameda de Cristina y Recogida en el Real Convento de Santo Domingo. El regreso a la Iglesia de San Mateo fue en la tarde del 2 de octubre con el acompañamiento de la Banda de Música María Santísima del Desconsuelo, regresó por las calles: Alameda de Cristina, Puerta de Sevilla, Plaza Rafael Rivero, Plaza Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Cena, Iglesia de San Marcos (Donde el paso de palio entró en la Iglesia de San Marcos y se detuvo ante el Misterio de la Sagrada cena, expuesto en el altar mayor de San Marcos), C/ Padre Rego, Plaza de la Compañía, C/ Francos, Plaza San Juan, C/ Justicia, Plaza del Mercado, Plaza de San Mateo y Recogida.
En el año 2008 la Hermandad con motivo del 50 aniversario de las misiones, realizó un Vía Crucis con la imagen de Nuestro Padre y Señor de las Penas a la Parroquia del Corpus Christi del vecino barrio de Picadueñas en recuerdo de la estancia que allí realizó la imagen del Señor de las Penas en el año 1957. En el año 2009 se llevó a cabo la restauración de la Imagen del Señor de las Penas por el imaginero Agustín Pina Calle. En ese mismo año se recuperó la procesión de San Blas por las calles aledañas de la collación del barrio de San Mateo, tras 32 años sin procesionar por el barrio de San Mateo.
En marzo del año 2010 en cabildo extraordinario se aprueba la restauración del manto de salida de María Santísima del Desconsuelo, la obra se realizó en el taller del bordador sevillano José Ramón Paleteiro. La restauración duró dos años en los que se recuperó el esplendor del manto juanmanuelino. La presentación del manto tuvo lugar en la Sala Compañía en la tarde del 19 de enero del año 2013. Los dos Martes Santos que la Virgen no lució su manto, hizo estación de penitencia con un manto burdeos liso.
Durante los años 2012 a 2014 la Hermandad del Desconsuelo celebró solemnes efemérides con motivo del III Centenario fundacional de la misma. En el año 2012 con motivo del III Centenario de la Fundación de la Hermandad se celebraron sendas conferencias y actos encuadrados dentro del aniversario, destacando la Carta de Hermandad con la comunidad Mercedaria de nuestra ciudad durante la novena del año 2012 debido a las grandes relaciones históricas de nuestra hermandad con la comunidad fundada por San Pedro Nolasco.
Con motivo del III Centenario de la Bendición de las imágenes de María Santísima del Desconsuelo y San Juan Evangelista se celebraron sendos cultos como una disposición especial en el altar del Septenario de 2013. De las celebraciones que se llevaron a cabo destaca la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad por parte del Excelentísimo Ayuntamiento de Jerez el 12 de octubre de 2013. En la mañana del 13 de octubre se celebró la Salida Extraordinaria de María Santísima del Desconsuelo por las calles de la ciudad con motivo del aniversario de su bendición, la comitiva partió de la Iglesia de San Mateo a las 8:00 a.m. en Rosario de la Aurora hasta la basílica de la Merced por el siguiente itinerario: Plaza de San Mateo, C/ Nuestro Padre y Señor de las Penas, Ronda del Caracol, C/ Muro, Plaza de Santa Isabel y Basílica de la Merced. En el interior de la Basílica de la Merced se rezaron las letanías del Santo Rosario, una vez finalizado se incorporó la Agrupación Musical La Sentencia que iba abriendo camino por las calles de jerez, en el paso de palio se incorporó la Banda de Música Nuestra Señora de la Oliva de la localidad sevillana de Salteras. El recorrido de la procesión fue: Basílica de la Merced, C/ Merced, Plaza de Santiago, C/ Ancha, C/ Porvera, Alameda de Cristina y Real Convento de Santo Domingo. En el Convento de Santo Domingo nos recbieron las hermandades del Rocío, Oración en el Huerto y Rosario de los Montañeses. Tras el rezo del ángelus en la puerta del reloj de Santo Domingo, la Alcaldesa de Jerez María José García-Pelayo hizo entrega de la Medalla de Oro de Jerez a la imagen de María Santísima del Desconsuelo. La comitiva partió desde el Convento de Santo Domingo hasta San Mateo por las siguientes calles: Convento de Santo Domingo, Alameda de Cristina, Puerta de Sevilla, Plaza Rafael Rivero, C/ Tornería, Plaza Plateros, C/ Sedería, C/ Carmen, C/ Carpintería Baja, Plaza Peones, C/ Curtidores, C/ Barrando, Plaza Belén, Plaza San Lucas ( Se realizó un homenaje a Francisco Bazán Hermano Mayor de la Hermandad de las Tres Caídas), C/ Cabezas, Plaza del Mercado, Plaza de San Mateo ( El paso de palio entró en la Capilla de la Hermandad de Santa Marta) y Recogida en San Mateo ( a los sones de Aniversario en San Mateo compuesta por Ismael Ancela para la ocasión). La clausura se celebró el día 8 de diciembre con un Besamanos Extraordinario de María Santísima del Desconsuelo que estrenó una diadema donada por los hermanos y una saya azul pavo con bordados juanmanuelinos por Jose Ramón Paleteiro.
En el año 2014 se celebró el III de la Bendición de la Imagen de Nuestro Padre y Señor de las Penas. Dentro de los actos que se celebraron destaca la Procesión Extraordinaria en la tarde del día 11 de octubre, la comitiva partió de San Mateo en dirección a la Plaza de San Lucas ya que por motivos meteorológicos hubo de ser recortada. Una vez que el paso de Misterio entra en la Plaza de San Lucas comezó a llover, precipitando el regreso de Nuestro Padre y Señor de las Penas a San Mateo. Una vez en San Mateo se nombró al Excelentísimo Ayuntemiento de Jerez Hermano Honorario de la Hermandad del Desconsuelo. La Banda de Cornetas Las Cigarreras de Sevilla pusieron los sones musicales en el interior de la Iglesia de San Mateo.
El 4 de marzo del año 2016 se aprobó en cabildo extraordinario la restauración del paso de Misterio de Nuestro Padre y Señor de las Penas por el taller del onubense Daniel Sánchez Vázquez. Los trabajos comenzaron pasada la Semana Santa del año 2016 hasta el mes de Marzo de 2017. La presentación del paso de Misterio se llevó a cabo el viernes 17 de Marzo del año 2017 en la Iglesia de San Mateo.
El Martes Santo del año 2017 la Hermandad recibió la visita de la Ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, a la cual se le explicó la historia de nuestra hermandad y se le obsequió con el recuerdo de una réplica del azulejo de María Santísima del Desconsuelo.
El 12 de enero de 2018 se presentó en el Palacio del Tiempo del Museo de la Atalaya el Cartel de la Semana Santa de Jerez, que protagonizó por tercera vez Nuestro Padre y Señor de las Penas por las inmediaciones de la Plaza de Santiago obra de Fermín Gacía Villaescusa.
Fuente:https://www.hermandaddeldesconsuelo.es/hermandad/historia/
El paso de Misterio
La imagen del Señor representa, iconográficamente, al Varón de Dolores, aunque adaptado a la peculiar “idiosincracia” del pueblo andaluz. Se trata del tema de Jesús, sentado, desnudado, cubierto sólo con un paño de pureza que circunda sus caderas, esperando su crucifixión, mientras los judíos preparan el tormento. En el Paso de Misterio de Jerez también aparecen unos soldados romanos y un niño, repartiéndose la túnica de Cristo, una vez despojado de sus vestiduras. Este tema iconográficamente proviene del Norte de Europa, donde tuvo una gran aceptación popular. Después se difundió por zonas meridionales con relativa fortuna. El tema data del siglo XV, disfrutando de gran popularidad en el siguiente. Fue el genial pintor y grabador alemán Alberto Durero el que consagró este tema en sus grabados de la Pequeña y Gran Pasión.
En el Paso de Misterio, además de Nuestro Padre y Señor de las Penas, aparecen también unas imágenes no sagradas, popularmente conocidas dos de ellas como Los Judíos de San Mateo. Son tallas modernas, obra del imaginero valenciano afincado en Jerez Ramón Chaveli realizadas en 1939. Estos dos judíos son deformes físicamente. El artista quiso representar en ellos la fealdad humana y la crueldad, lo que es claramente visible al contemplar estas figuras que intenta provocar en el espectador un fuerte impacto psicológico: al lado del rostro de Jesús, de su belleza, de su resignación ante el martirio, los rostros y expresiones de estos dos judíos constituyen el “reverso de la medalla”: fealdad, crueldad, monstruosidad, cualidades negativas todas ellas de las que el artista se sirvió para incitar a la repulsa. Estas dos tallas de judíos aparecen en la delantera del paso, atareadas preparando la cruz, para dar paso a la ejecución, consumando la Crucifixión. Las posturas son naturales y los movimientos son muy acordes con la faena que están realizando. Uno de ellos es conocido popularmente como “El Bizco de San Mateo”, que es una clara alusión a la deformidad comentada. Es el judío que empuña la barrena. Por su parte, el que clava el INRI con un martillo tiene, en su fisonomía, una verruga bien visible, conociéndose, pues, como “El Verruga”.
En la trasera del paso aparecen tres soldados romanos, en actitud de echar a suerte la túnica de Cristo.Un niño sostiene la misma, de terciopelo rojo con bordados en oro, y debido a su pícaro aspecto, es conocido en el popular barrio jerezano de San Mateo como el “Golfillo”. Todas estas figuras también son de Ramón Chaveli, realizadas en 1940. En 1995 se estreñó un tambor en talla de madera para este conjunto de romanos, que lleva encima los dos dados que faltan, uno con el uno y el otro con el tres, ya que un soldado romano tiene en su mano el dado de cinco. El tambor es obra de Antonio Armario Hervás, autor también de la cruz arbórea que va en la delantera del paso que es del año 1993 y donada por su autor.
La canastilla, de estilo barroco, se comenzó y estrenó en 1968 y se finalizó en 1970, de madera tallada y dorada, obra de Manuel Guzmán Bejarano, siendo muy destacable la buena distribución de la iluminación del mismo realizada por seis candelabros con un total de cincuenta y cuatro luces y con las tulipas rematadas con aros repujados y dorados. Este mismo artista lo doró completamente. Las dimensiones de la parihuela son de 245 cms. de ancho por 495 de largo y 140 de alto. Los faldones son de terciopelo rojo, cada uno bordeado con galones de oro. La canastilla tiene un perfil con mucho bombo y unas enormes cartelas rodeadas por unos angelitos en diferentes posturas. En 1973, en la canastilla y en los respiraderos se colocaron dentro de las cartelas, ocho medallones de plata de ley, obras de Francisco Fernández Barranco.
Fuente: https://www.hermandaddeldesconsuelo.es/hermandad/patrimonio/paso-de-misterio/
El paso de Palio
En el paso de Palio, Dolorosa acompañada de San Juan. Iconográficamente, la Virgen dialogando con San Juan es un tema que se ha llamado la Amargura, comprendiendo el instante pasionista en que la Madre de Dios recorrió la vía dolorosa camino del Calvario. Al representar esta iconografía, siempre se le dio a la Virgen una expresión de profunda tristeza, captando al Apóstol en el momento de indicar el recorrido de Cristo por la Vía de la Amargura, con la Cruz a cuestas.
Los precedentes históricos de esta iconografía provienen de los Apócrifos, concretamente en las llamadas Actas de Pilatos, que son unos escritos latinos en los que aparecen muchos pormenores de la subida al Calvario, que entendieron que la Virgen iría acompañada del Apóstol Juan y que, al encontrar a Cristo en la calle de la Amargura cargando con la Cruz, se desmayó. Aunque esta descripción no concuerda con los Evangelios, puede servir, sin embargo, de complemento de los mismos. Esta iconografía no fue utilizada por los imagineros sevillanos, ni tampoco por los de Jerez, que prefirieron representar a la Virgen y San Juan en conversación, en diálogo, o en sacra charla, como espectadores que salen al encuentro de Cristo en la vía dolorosa.
Se trata de un paso clásico, todo él realizado en plata de ley. Manuel Gabella Baeza es el autor de todas las piezas de orfebrería; los varales, de plata repujada y cincelada, los realizó en 1946; los basamentos son cuadrados y en cada cara hay un nicho. Delante del nicho, de la cara exterior, está la imagen de un Apóstol (del apostolado de la Cartuja); son figuras de bulto redondo, con un movimiento en el conjunto y en los detalles que hacen que estas pequeñas figuras se conviertan en grandes esculturas del mejor momento del barroco. Fermín Bohórquez Escribano y su esposa regalaron el año 1957 la peana de plata de ley.
Los respiraderos se estrenaron en 1949, luego vendría el estreno de los candelabros de colaen 1957, en forma de parra y con bases triangulares y sobre cada una de ellas, y alrededor del fuste, hay tres angelitos desnudos que juegan y corren sobre la peana (también fueron donados en 1955 por el matrimonio Fermín Bohórquez Gómez y Soledad Escribano Aguirre). Las jarras, cuatro grandes y seis medianas, son del año 1947, y las ocho pequeñas, de 1954, siendo donadas todas por Don Ignacio de Soto Domecq. La candelería, que es de plata de ley, tiene 124 puntos de luz y los candelabros de cola, 30.
Llaman la atención de los varales la forma de los mismos, que arrancan de unos portentosos basamentos y luego se van adelgazando hasta rematar en la cúspide. El paso lleva una imangen de San Blas, labrada en plata de ley y realizada por el taller de orfebrería de José Manuel Ramos de Sevilla, colocándose en el paso por primera vez en el 1992 tras el llamador, que es también de plata de ley y que fue donado por Don Ignacio Vázquez.
La corona de la Virgen, de plata repujada con adornos de oro, es característica por las ráfagas amplias y largas, con imperiales, o sea, corona cerrada; fue diseñada y labrada también por Manuel Gabella Baeza en 1947 y donada por D. Ignacio de Soto Domecq.
Juan Manuel Rodríguez Ojeda realizó los bordados en oro. El techo de palio fue estrenado en 1902 y el manto, de terciopelo de tonalidad azul pavo real, el 16 de abril de 1905, por la Virgen de la Amargura de la capital hispalense. El coste fue de diecisiete mil pesetas. Posteriormente fueron adquiridos por la Hermandad del Desconsuelo en 1926 por diecinueve mil quinientas pesetas pagadas en varios plazos.
Es el primero que realiza Juan Manuel Rodríguez Ojeda con este diseño, que sirvió de guía a otros palios de este autor. A pesar de ser una innovación en su tiempo estos bordados guardan ciertos resabios de la estilística precedente: en el techo y en el interior de las bambalinas nos encontramos todavía bordados que mezclan los motivos vegetales con motivos geométricos tan propios del siglo XIX y que también podemos encontrar en otro palio que también fue diseñado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda como es el de la Piedad.
Es uno de los primeros en el que se incorpora un elemento básico en la obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, como es el eje simétrico, el candelero, y que se trata, en síntesis, de un eje central que va desde el centro de la embocadura del manto hasta la parte central de la cola. Hay un candelero desde el que va partiendo toda la vegetación, todos los elementos a bordar, y que sirve también como espejo, siendo el candelero el que marca la simetría: del centro a la izquierda será el mismo bordado que del centro a la derecha. En él se aprecian las nuevas aportaciones del artista como son los caracolillos, zarcillos, rosas de pasión y otra gran lista de elementos para enriquecer los pasos de palio. Es en de definitiva de composición longitudinal, y, de cestillos, ánforas y macollas; surgen enormes hojas de acanto muy voluminosas, con múltiples brotes que se desparraman hacia ambos bordes del manto y lo llenan todo.
A destacar el jarrón-cratera que está casi al borde del manto; de éste no brotan las hojas de acanto: son flores preciosas, fantásticas que quedan al aire, que cuando el paso avanza oscilan suavemente. Se restauró entre los años 1981 y 1982 para pasarlo a nuevo terciopelo, respetándose al completo el mismo dibujo del bordado, por José Guillermo Carrasquilla, que cobró 5.200.000 pesetas por el trabajo. Con anterioridad a este manto, la Virgen aparecía cubierta con otro manto con unos bordados de cuernos de la abundancia con unos grandes lazos. A finales de los años 40 estos bordados se aplicaron a los paños de las bocinas y el Senatus.
En el palacio de los Puerto Hermoso se conservaban unos paños de terciopelo bordado: en el siglo XVIII decoraban el dormitorio principal de la Casa de Braganza. De estos paños, y por la generosidad de Don Ignacio Soto Domecq y la iniciativa del cofrade José Bernal Fernández, se hicieron los faldones del paso de palio del Desconsuelo. El trabajo se realizó en 1946 en el taller de bordados que las Carmelitas de la Caridad habían montado en unas dependencias que tenían en un colegio de nuestra ciudad.
La imagen de la Virgen cuenta con varias sayas. La de procesionar tiene parte de bordados anónimos del siglo XIX, procedentes del manto antiguo de la Señora. Tiene otra saya de terciopelo rojo oscuro de por lo menos finales del siglo XIX. Los bordados son de hilos de oro y la composición es ascendente. Comienza con una gran mancha de oro, un florero, y de éste y de su pie salen flores que suben y se mezclan con roleos. Al final hay otro florero más delicado, y sus flores son las que rematan la composición.
En el camarín, la Virgen tiene también otra saya de terciopelo rojo. Los bordados cubren la falda y el corpiño. Es una composición muy original y una mezcla de escuelas; los roleos son de trazos finos suaves, como los bordados valencianos, y sirven de soporte a unas flores grandes, dibujadas con mucho realismo. Es probable que se bordaran a mediados del siglo XIX.
Fuente: https://www.hermandaddeldesconsuelo.es/hermandad/patrimonio/paso-de-palio/
Escudo y túnica
Túnicas:
Túnica negra con capa del mismo color, fajín y antifaz rojo. Sobre la capa el escudo de la Hermandad. La primitiva insignia o escudo que se portaba en la túnica y que constaba de un círculo rojo sobre el que se encontraba una túnica, fue modificado en el año 1922 por Manuel González, luego Marqués de Bonanza, y que consiste en una corona de espinas dentro de la cual se encuentran los clavos de la Cruz y sobre ella un ángel arrodillado en actitud de orar, la leyenda "San Mateo", alrededor en forma de iniciales JHS y María Auxiliadora con el nombre de la Hermandad y sobre todos estos elementos una corona.
Escudo:
Esta cofradía lleva un estandarte de la hermandad en cada cuerpo del cortejo procesional. En el centro de cada estandarte hay bordado un pabellón rematado por una corona real y por abajo asoma la parte inferior de un escudo que termina en ángulo curvilíneo; como los blasones suizos. El estandarte que va en el cuerpo del paso de misterio lleva dentro del pabellón lo que suponemos que fue el primitivo escudo de esta hermandad. El segundo estandarte, el que va en el cuerpo del paso de la Virgen, lleva el anagrama de María.
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