La Vera Cruz
Real, Ilustre, Antigua y Venerable Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Santa Veracruz de Nuestro Señor Jesucristo, Santísimo Cristo de la Esperanza y Nuestra Señora de las Lágrimas.
Sede canónica
Iglesia de San Juan de los Caballeros
Calle San Juan, 10
11403 Jerez de la Frontera, Cádiz
956 11 71 13
Titulares
Santísimo Cristo de la Esperanza
Desgraciadamente, a día de hoy, no disponemos de la constancia documental sobre cuándo y, especialmente, a quién se encargara la portentosa Imagen del Santísimo Cristo de la Esperanza. Ya sea por causas fortuitas o deliberadamente y, aún disponiendo que ingente documentación coetánea sobre los más variopintos asuntos, un halo de misterio protege la autoría de uno de los crucificado más importantes de la ciudad.
Consta en 1632 la donación de un crucificado que hace el Duque de Medina Sidonia a la Cofradía de la Santa Vera Cruz y acuerdo con un carretero para traerlo a Jerez desde Sanlúcar de Barrameda.
En cuanto a la clara pertenencia de esta imagen junto con la de Nuestra Señora de las Lágrimas a la Hermandad, no existe duda alguna, ya que suscitada controversia con la comunidad de los Padres Terceros Franciscanos sobre la propiedad de las mismas el 2 de febrero de 1663, el Comisario y Visitador Provincial de la citada orden Fray Pedro de Magallanes, declaró que las dichas imágenes son de la dicha Cofradía.
Se trata de una imagen poderosa, pero a la vez serena, que participa de los cánones montañesinos, predominantes en la escuela de imaginería sevillana a lo largo de todo el Siglo XVII, cultivados por escultores y talleres a lo largo de esa centuria. No obstante, la sutileza y levedad del paño de pureza respecto de los imbricados sudarios barrocos, recuerda también modelos anteriores.
Tradicionalmente se ha venido atribuyendo al imaginero cordobés Juan de Mesa dada las evidentes similitudes con el sevillano Cristo del Amor o el de la Vera Cruz de las Cabezas de San Juan, en cuyo ámbito iconográfico se desenvuelve, como puso de relieve el profesor Don José Hernández Díaz quien también pone de manifiesto sus diferencias. Más modernamente, Virginia Díaz Chamorro lo cree de un discípulo del cordobés, Felipe de Ribas, mientras que Esperanza de los Ríos Martínez, sin embargo, ha destacado su afinidad con el Cristo del Buen Fin de Sevilla (1645), obra de Sebastián Rodríguez.
Sea quien fuere su autor, de innegable valía artística, el Cristo nunca fue titular de la Hermandad, hasta época reciente. De hecho, en el documento referido de 1663 se habla de las imágenes de Nuestra Señora de las Lágrimas y la del Santo Cristo Crucificado. Cuando se procede a la reorganización de la Hermandad en 1941, el Arzobispado no concede licencia para incluirlo entre los titulares de la Cofradía.
El Cristo tenía altar propio en la Capilla Lateranense de las Lágrimas hasta su derribo en 1868. Posteriormente fue depositada junto con otras de la Hermandad en el Convento de San José de las clarisas descalzas, en el que se le seguía celebrando quinario anual, casi ininterrumpidamente. En dicho convento se vio afectado por un incendio el día 23 de febrero de 1891, del que fue restaurado toscamente.
La Hermandad lo recupera en 1956 y encarga al escultor Francisco Pinto la rehechura del sudario, al parecer, dañado y mutilado por el uso de otros textiles. Esta intervención pareció poco acertada al profesor Hernández Díaz, quien en 1973 aconseja a la Hermandad que efectúe una restauración completa de la imagen que se encomienda a Juan de Abascal, profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría en Sevilla. Desde entonces cuidan de la restauración y mantenimiento de la misma los restauradores Isaac Navarrete Álvarez y Rosario Martínez Lorente.
Fuente: http://www.veracruzjerez.es/nuestros-titulares/santisimo-cristo-de-la-esperanza/
Ntra. Sra. de las Lágrimas
La imagen de Ntra. Sra. de las Lágrimas es una obra del imaginero Sevillano Antonio Eslava, realizada en el año 1969, vino a sustituir a la antigua que poseía la cofradía.
Las primeras noticias que tenemos de esta advocación datan del año 1662, fecha en la que se litiga un pleito con la comunidad de Padres Terceros por la propiedad de las imágenes del Santo Cristo y la de Ntra. Sra. de las Lágrimas. Este pleito se inicia cuando la cofradía, que tenia dispuestas sus imágenes en el crucero de la iglesia conventual, procede a trasladar dichas imágenes desde el citado crucero a la reformada Capilla de las Lágrimas.
Es en el ultimo cuarto del Siglo XVII cuando se experimenta un importante auge a la devoción de esta imagen, se la dota de un retablo, donado por el Duque de Veragua y ejecutado por el insigne entallador Extremeño Alejandro de Saavedra, tambien se realizan unas andas de plata para la procesión del Jueves Santo, seis varas de plata cinceladas por el platero jerezano Juan Laureano de Pina y le regalan una media luna con piedras preciosas que es traída de Indias.
Tal fue la impronta dejada por la imagen que incluso llegó a conocerse a la cofradía por “La de las Lágrimas”.
Fuente: http://www.veracruzjerez.es/nuestros-titulares/santa-maria-de-las-lagrimas/
Reseña Histórica
A tenor de las investigaciones del P. Repetto, esta cofradía fue la primera fundada en nuestra ciudad con el propósito de hacer estación de penitencia. Con anterioridad Messa Xinete, que tuvo la oportunidad de consultar el archivo histórico de esta corporación en su integridad en pleno siglo XVIII, aseveró que el primer documento custodiado era una copia sacada el 10 de marzo de 1542 de las gracias y privilegios concedidos por súplica del Cardenal Quiñones a la Hermandad de la Santa Vera Cruz de Toledo y a sus homónimas, que siguieran el régimen de vida.
Resulta, a nuestro juicio, fundamental la declaración prestada en 1568 por sus hermanos Pedro González de Mayorga y Diego Sánchez, quienes textualmente manifestaron: » que la dha hermandad de la vera cruz es hermandad de disciplina de sangre que se haze el Jueves Santo de cada un año En Remembrança de la pasión de nuestro Redemptor Jesucristo, la qual Hermandad En este caso de disciplina es la Mas antigua que ay en todo el Reyno y en la cristiandad y que se fundo en esta ciudad, y como a mas principal …».
Prosiguen afirmando que se fundó en el año 1542 por Diego Rodríguez y Andrés de Santiago.
Queda, por tanto, claro que su fundación fue en el año 1542, como tradicionalmente se había venido afirmando, y además, que en una declaración, prácticamente coetánea al momento fundacional, se afirmó que fuera la primera fundada – con carácter penitencial – en nuestra ciudad, aseveración que en su día no fue objeto de polémica, pese a su rotundidad manifiesta, ni tan siquiera con la de San Antón de tan inmediata fecha de fundación.
Con el tiempo se entablarían otros pleitos por parte de la Vera Cruz con diferentes Hermandades, pero no por esta cuestión de su origen.
Para redundar en lo anterior, contamos con una escritura – fechada en el año 1543 – firmada por los propios cofrades fundadores (Diego Rodríguez y Andrés de Santiago), en la que estipularon las condiciones que tuvo que guardar esta cofradía en el primitivo Hospital de San Pedro. En este documento, entre otras cuestiones – que por razones de brevedad no podemos analizar como se merece – se da cuenta que esta Hermandad antes de radicar en el citado Hospital de San Pedro, estuvo » de prestado » en el de San Cristóbal.
Ya por estas fechas realizaban su estación de penitencia el Jueves Santo.
No obstante, su Regla se aprobó el 1 de mayo de 1557, como consta de la graduación de antigüedad de Cofradías realizada en el año 1604 a instancias del Arzobispado de Sevilla. Aunque parece que su Regla se elaboró en 1554 y que, posteriormente, se añadieron otros capítulos, siendo aprobada por el Protonotario Mateo de Guevara, Visitador de las Cofradías sujetas a la jurisdicción de la Basílica de San Juan de Letrán de Roma.
A mediados del siglo XVI, la Hermandad hizo donación de unas casas de la calle Medina a la Basílica de San Juan de Letrán de Roma, para labrar allí oratorio, hospital e iglesia, consiguiendo por ello numerosos privilegios propios de dicha agregación.
La devoción de la cofradía se engrandece con la donación de numerosos privilegios y por ellos puede exponer el Santísimo, confesar y suministrar el Cuerpo de Cristo en sus recintos; así como la realización de procesiones con sus imágenes, funciones religiosas y salida bajo palio del Santísimo Sacramento.
Precisamente, estos privilegios en la mayoría de las ocasiones no bien entendidos, darían lugar a enojosos pleitos con los sucesivos patronos de la capilla mayor de la iglesia conventual de los PP. Terceros a largo de los siglos XVII y XVIII.
Uno de estos patronos, Juan Gaspar de Cañas Trujillo, donaría curiosamente a este monasterio de la Vera Cruz, la célebre reliquia del Lignum Vía, hoy custodiada en la Parroquia de San Miguel.
Es mencionado el antiguo recorrido por las calles Medina, Larga, Honda, Santa María, entrando por la puerta de este mismo nombre, con la Cruz, la imagen de San Juan Evangelista, Nuestra Señora de los Ángeles y el Santísimo Sacramento bajo palio; en el día del Jueves Santo con las imágenes del Cristo de la Esperanza y la Virgen de las Lágrimas.
Así como diferentes funciones religiosas en las principales festividades litúrgicas, como la Inmaculada Concepción, Corpus Christi o de las advocaciones franciscanas.
De estos primeros años de existencia tenemos constancia documental de las descripciones y encargos de los primeros pasos procesionales, en los que incluso se prestaban unas imágenes de crucificados procedentes de las Indias.
Cuando llegaron a nuestra ciudad los Franciscanos Terceros en 1559 solicitando un lugar en el que establecer su fundación, la Hermandad los nombró capellanes y se les cedió lugar para la construcción de su nuevo convento, como consta en escritura ante Rodrigo Núñez.
Con posterioridad, al ser sometida la Comunidad de la Orden Tercera a la Observancia en el año 1568, los frailes terceros se vieron obligados a abandonar este convento.
Tras sucesivas gestiones emprendidas a instancias de la Hermandad, los Franciscanos Observantes abandonaron las dependencias, siendo ocupadas por la Orden de los Trinitarios, hasta que nuevamente en el año 1569 tomaron posesión los Padres de la Orden Tercera Franciscana.
Fue en el siglo XVII (centuria en la que se adquirieron las imágenes tanto del Cristo de La Esperanza como de Nuestra Señora de las Lágrimas) cuando gozó de gran fomento, debido a la popularidad milagrosa que adquirió la imagen de la Virgen de las Lágrimas, pasando a denominarse con el nombre de la Virgen, ocupando el subtítulo el primitivo nombre. Su fomento motivó la construcción de una capilla destinada al culto de la Virgen en el año 1665, cuyo retablo es realizado por el célebre Alejandro de Saavedra, por mandato del Capitán General de la Real Armada, Duque de Veragua, que lo donó.
En estas fechas, de notable apogeo económico de la Hermandad, se construye además un almacén para los pasos e insignias y se adquieren unas andas de plata para la Santísima Virgen y otros enseres.
Figura ejemplar por su devoción y anhelos en pro de esta Cofradía fue el Hermano Pedro de Santamaría, quien en el primer tercio del siglo XVII, realizó los trámites necesarios para la adquisición de las imágenes titulares de la Hermandad (el Santísimo Cristo, y las antiguas y hoy desaparecidas imágenes de la Santísima Virgen y el primitivo San Juan, no el recientemente recuperado).
Ambos recintos, templo y capilla anexa, fueron derribados por orden de la junta revolucionaria en 1868, siendo trasladadas las imágenes al convento franciscano de Clarisas de San José, donde permanecieron al culto casi un siglo.
Ya en el año 1938 se realizan las primeras gestiones para una incipiente reorganización de la Hermandad y posterior traslado de las imágenes. El día 13 de octubre de 1945 es autorizado por la Vicaría, ocupando sede canónica en la Iglesia de San Pedro. En 1956 pasan las imágenes a la Escuela de San Juan Bautista, autorizándose el día 3 de marzo de 1960 su salida procesional.
Ya en el año 1938 se realizan las primeras gestiones para una incipiente reorganización de la Hermandad y posterior traslado de las imágenes. El día 13 de octubre de 1945 es autorizado por la Vicaría, ocupando sede canónica en la Iglesia de San Pedro. En 1956 pasan las imágenes a la Escuela de San Juan Bautista, autorizándose el día 3 de marzo de 1960 su salida procesional.
Después de permanecer en la Escuela Marianista del Pilar, es trasladada de nuevo a la de San Juan Bautista para pasar en los últimos tiempos a la iglesia castrense de San Juan de los Caballeros.
Ya en pleno auge, la Hermandad establece su salida procesional en la tarde del Sábado Santo, entre los años 1960 a 1965, para ser trasladado su día de recorrido penitencial al Jueves Santo, día elegido por la primitiva Cofradía.
En 1963, cuando se comenzó a pensar en el «paso» de palio, se vio la necesidad de una restauración de la antigua imagen de la Virgen de las Lágrimas, llevándose esta imagen titular a Sevilla para que el escultor Antonio Eslava la examinara. En 1983, ante una Comisión de la Cofradía, el imaginero carmonense contó lo que ya por entonces se rumoreaba: La imagen que le habían llevado a restaurar estaba tan deteriorada que era imposible hacer nada con ella. La Dolorosa era imagen de candelero y sólo tenía tallado el rostro y las manos. El escultor y el interlocutor de la Cofradía llegaron a un acuerdo: De la madera del busto, que era cedro, se tallaría un nuevo rostro, inspirado en el antiguo. El interlocutor, José Gómez Morales, no dijo nada de esto a los cofrades, si bien la nueva imagen tallada por Antonio Eslava ha satisfecho las aspiraciones de los Hermanos de esta Cofradía.
El paso de Misterio
Es de Estilo barroco, diseñado y tallado en la década de los años sesenta del siglo XX, por Manuel Guzmán Bejarano, con dorado de Manuel Calvo. Fue reformado por el mismo autor en el año 1993, tallando los medallones del canasto con escenas del Antiguo Testamento y de la Inmaculada Concepción en la delantera. El paso de completa con respiraderos bordados sobre damasco de seda natural tejidos por la Fundación de Gremios (Madrid), en telares manuales jaquard, siendo los bordados diseñados por Don José Carrasquilla yt ejecutados en su taller y en el Isabel Melero y José Ramón Paleteiro. Las cartelas centrales y 6 capillas bordadas con imágenes de talla estofadas y policromadas en su interior ( San Juan Bautista, San Luis rey de Francia, Beato Guillermo José Chaminade, Santa Elena, San Andrés y San Francisco)
Escudo en el faldón delantero y broches rematan la obra.
Destacar el magnifico juego de candelabros que aportan tanto luz como movimiento y elegancia.
Acompañan al Santísimo Cristo de la Esperanza las imágenes de San Dimas (Buen ladrón) y Gestas. Estas imágenes fueron realizadas por Francisco García Lamadrid.
Estas imágenes se integran en el conjunto con el Cristo, componiendo una bellisima estampa sobre el clásico monte de helechos, exorno habitual para la tarde del Jueves Santo.
El paso de Palio
El paso de nuestra Señora de las Lágrimas responde al modelo clásico de palio de cajón. Sobre terciopelo de color azul cuaresma, se están bordando actualmente en el sevillano taller de Doña Isabel Melero y Don José Ramón Paleteiro. Todos los bordados siguen la traza del antiguo manto de camarín del siglo XVIII, que ocupa la zona central del actual manto de salida.
De Isabel Melero y José Ramón Paleteiro es también la saya de cardos que luce la Santísima Virgen el Jueves Santo,
La corona es del siglo XVII, labrada en plata de ley.
A modo de imagen venera, S.S. el Papa Julio III, quien concediera múltiples gracias y privilegios a las Hermandad de la Vera Cruz.
Túnica
Túnicas del Cristo: Túnica negra de cola con cinturón de esparto.
Túnicas del Palio: Túnica y capa negra, antifaz de terciopelo verde y cíngulo del mismo color.
Otros datos de interés
El Estandarte es de terciopelo verde con el escudo que adoptaron en 1966, bordado en oro. Libro de reglas: en plata de ley realizado por Ildefonso Oñate (2007).
Entre los enseres destacamos: la Cruz de Guía, que es la Cruz de las Toallas, sobre unas pequeñas andas portadas por cuatro hermanos, al igual que ya salía a finales del XVI o principios del XVII. Las andas fueron talladas por Francisco Barroso García en 1962; el relicario del Lignum Crucis, al pie de la cruz, es de plata de ley del Taller Viuda de Villarreal, de 1982. Las andas iban hasta mediados de los ochenta doradas, hoy van en madera oscurecida.
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